FUENTE: ciperchile.cl |
Hasta febrero funcionó en Temuco
una segunda sucursal de la unidad de inteligencia de Carabineros. Su
funcionamiento era secreto y en su interior estaban los equipos que permitían a
la policía interceptar llamados telefónicos. Allí también se escondían los
servidores que contenían la información de esas escuchas. Miembros de
Inteligencia reconocieron a CIPER que esas escuchas muchas veces eran ilegales.
En paralelo, Álex Smith y Leonardo Osses utilizaban una cuenta de Facebook
falsa para intentar hackear las redes sociales de dirigentes mapuche. CIPER
descubrió esa casa y aquí cuenta su historia (Actualizada).
El 12 de septiembre de 2017 el
capitán Leonardo Osses sintetizó en un documento la información que personal de
Inteligencia de Carabineros capturó desde el exterior del domicilio del actor
Daniel Alcaíno. En ese momento el intérprete del famoso personaje “Yerko
Puchento” era uno de los blancos predilectos de la Unidad de Inteligencia
Operativa Especializada (UIOE) de La Araucanía. A través de Alcaíno buscaban
mostrar una ruta de financiamiento desde figuras del espectáculo a la causa
mapuche. Con ese nuevo ingrediente la UIOE pensaba darle un barniz de
espectacularidad a la “Operación Huracán”, la que entraría en escena pocos días
después.
Lo que el equipo al mando del
capitán Osses capturó afuera de la casa de Alcaíno, fueron las redes wifi
disponibles en el sector. Los datos recopilados (que incluían dos números
celulares y dos correos electrónicos del actor) fueron sintetizados por Osses y
enviados ese mismo 12 de septiembre al mail de Álex Smith, el civil que
contrató la UIOE y que dice haber creado herramientas para capturar todo tipo
de información electrónica. En el equipo de Osses, las recetas impartidas por
Smith les decían que, para interceptar un celular bastaba con conocer su número
telefónico, el correo electrónico asociado y las redes wifi activas a su
alrededor. Así se podría obtener información de ese equipo, como chats de
whatsapp y fotografías internas. Una fantasía tecnológica.
Hace menos de un mes, a mediados
de marzo, cuando la “Operación Huracán” y la imagen pública de Inteligencia de
Carabineros terminaban de desbarrancarse, se filtró en internet un audio del
actor Daniel Alcaíno conversando con su pareja, la también actriz Berta Lasala.
El diálogo es del 7 de diciembre del año pasado, y en él la pareja celebra la
libertad de Alfredo Canales, un ex mirista que ese día salió de prisión en
Brasil y que fue compañero de Alcaíno en el Liceo de Aplicación. Decir que esa
grabación “se filtró” es poco preciso. La entregaron quienes tenían acceso a
esos audios: los funcionarios que estaban a cargo en la UIOE de las escuchas
telefónicas, y que no operaban en la misma casa que el resto de la unidad de
inteligencia en Temuco.
La investigación de CIPER
descubrió que, con el soporte de equipos especiales con los que cuenta
Carabineros, como es la información sistematizada y accesible de todas las
antenas instaladas a lo largo del país, un equipo de esa unidad de inteligencia
de La Araucanía pinchaba celulares y fonos fijos de centenares de personas que
eran monitoreadas en todos sus pasos. La gran mayoría no tenía relación con el
conflicto mapuche. Esas interceptaciones telefónicas ilegales se hacían en otra
sede de la UIOE, cuyo funcionamiento era secreto.
CIPER encontró esa casa en
Temuco, un inmueble cuya función era solo esa: interceptaciones telefónicas de
Inteligencia. Con o sin autorización de un juez o de un ministro de corte si se
trataba de una investigación de inteligencia.
LA CASA DE HOCHSTETTER
A pocas cuadras de la Avenida
Alemania, una de las principales arterias comerciales del centro de Temuco, a
la altura del 220 de la calle Hochstetter, se encuentra la casa donde operó
desde 2016 y hasta febrero pasado el centro de escuchas telefónicas de la
Unidad de Inteligencia Operativa Especializada (UIOE) de Carabineros. El
inmueble tenía escaso movimiento, aunque las antenas que se asomaban sobre el
techo alimentaban el comidillo del barrio. Había un punto común entre los
vecinos: en ese recinto funcionaba alguna oficina o dependencia de Carabineros.
Cuando estalló el escándalo por el montaje de la “Operación Huracán” ni
siquiera imaginaron que en esa casa ocurrió parte importante de esa trama.
En rigor, la casa de Hochstetter
fue la primera sede de la UIOE de Temuco desde que el general Bruno Villalobos
decidiera crear ese equipo de inteligencia especializada en enero de 2014.
CIPER recogió varios testimonios de efectivos que conocieron ese inmueble desde
los inicios de la UIOE o bien que formaron parte del pequeño grupo que fue
autorizado más tarde a ingresar a la casa. Todos coinciden en que a mediados de
2016 el recinto “les quedó chico” y debieron buscar otra sede. Fue así que se
trasladaron a la casa de calle Pablo Neruda 02431, la sede oficial donde operó
la UIOE hasta ahora.
Los testimonios que recogió CIPER
difieren en la cuantía de las personas que fueron sometidas a interceptaciones
ilegales, pero hay un piso mínimo: sumaron desde más de 200 teléfonos a más de
mil. Entre los blancos había dirigentes mapuche, pero mayoritariamente
dirigentes políticos y jueces además de fiscales, los que no tenían relación
con el conflicto mapuche. La nómina también incluyó actores y periodistas. Un
atisbo del grupo de periodistas que era espiado por el equipo de Inteligencia
de Carabineros fue ya publicado por CIPER.
Cuando la sede oficial de la UIOE
(en calle Pablo Neruda) fue allanada en enero por la Fiscalía y la PDI,
encontraron una hoja cuadriculada de la Universidad Santo Tomás, con
información manuscrita y más de 200 números telefónicos celulares, fechas,
horas y duración de llamadas. CIPER tuvo a la vista nóminas con números de
teléfonos monitoreados y bajo escucha. Pero en esos listados no había más
información.
¿DÓNDE ESTÁN LOS SERVIDORES?
El inmueble de Pablo Neruda fue
el que concentró la atención de las autoridades del gobierno de Bachelet el 26
de enero pasado, cuando la Fiscalía decidió allanar esas dependencias dando
inicio a la investigación del montaje de Carabineros contra comuneros mapuche,
fiscales y abogados del Ministerio Público. En un acto inédito, personal de Fuerzas
Especiales de Carabineros rodeó la casa desplegando una fuerza como si fueran a
la guerra. Y todo ello con un solo objetivo: impedir el allanamiento. Fue un
momento de tensión máxima que solo se superó con la intervención de La Moneda.
Finalmente, los fiscales y los efectivos de la PDI pudieron ingresar a la casa
y descubrieron con sorpresa que faltaba un disco duro de un servidor.
Pero no solo ese equipos que
contenían información sensible y clave sobre los montajes de los que hoy se
acusa al equipo de Inteligencia de Carabineros lograron ser ocultados. La
investigación de CIPER descubrió que la segunda sede de Inteligencia de
Carabineros en Temuco, la casa de Hochstetter 220, nunca fue allanada. El
recinto, al que solo ingresaba un reducido grupo de efectivos, logró permanecer
fuera del radar de la atención pública y de los fiscales. Y ello, a pesar de
que en esa casa estaban instalados y funcionando en perfectas condiciones los
servidores y almacenados los respaldos de las escuchas telefónicas que hacía el
equipo de Inteligencia. “Pinchazos” a celulares -en muchos casos ilegales- y
que comprometen gravemente a sus autores.
Desde que en 2016 los miembros de
la UIOE se mudaron a su nueva sede oficial, en calle Pablo Neruda, la
indagación de CIPER indica que al menos cuatro efectivos de Carabineros
debieron quedarse allí trabajando, aparte de los funcionarios que sabían bien
lo que allí se hacía y que entraban y salían. Lo más importante eran los
servidores que guardaban la información obtenida de los teléfonos
interceptados. Nada de eso fue requisado por la Fiscalía.
La información que busca
ocultarse es sensible. En esos servidores está también el listado de los
blancos investigados. Hasta ahora, además de todos los imputados en distintas
aristas de la “Operación Huracán” a los que se puso bajo escucha con
autorización judicial, han ido apareciendo otros personajes que también estaban
siendo monitoreados en sus comunicaciones electrónicas, como el actor Daniel
Alcaíno (investigado desde agosto de 2017) y la abogada asistente de la
Fiscalía, Mónica Palma.Junto al material que se le grabó a la abogada aparecen
muchos otros que corresponden a fiscales y abogados de Temuco y cuyas
conversaciones versan casi exclusivamente sobre la vida privada y amorosa (o
sexual) de los interlocutores y nada relativo al conflicto mapuche.
La desaparición de todo estos
equipos y las huellas de que se puso bajo escucha ilegal a muchas personas,
resulta una arista especialmente delicada para el ministro de la Corte de
Apelaciones de Temuco, Aner Padilla, quien el 9 de agosto de 2017 autorizó a la
Dirección Nacional de Inteligencia de Carabineros para intervenir 33 celulares.
11 de esos teléfonos pertenecían a dirigentes mapuche investigados en la
“Operación Huracán”. Se desconoce a quién pertenecían los otros 22. El 7 de
septiembre el ministro Padilla renovó ese permiso, ahora para 23 teléfonos. El
25 de octubre pasado hubo una nueva autorización: Carabineros podía pinchar el
celular de la abogada Mónica Palma y de otros cinco equipos telefónicos.
Todas esas peticiones para
interceptar legalmente teléfonos de personas bajo sospecha en una investigación
del ámbito de “inteligencia”, fueron firmadas por el general Gonzalo Blu.
Según declaró ante la Fiscalía el
mayor Patricio Marín Lazo –imputado en la causa y uno de los jefes de la UIOE
que fue llamado a retiro en febrero por su responsabilidad en el montaje-, los
encargados de las escuchas telefónicas en la unidad de inteligencia eran Leonardo
Osses y Álex Smith: “Esta unidad cuenta con las oficinas de análisis, de
oficiales de caso (que obtienen información de fuentes cerradas) e informática,
siendo esta última la que lleva a cabo las interceptaciones telefónicas,
análisis forenses, movimientos de redes sociales, entre otras funciones del
área”.
La oficina informática fue creada
en enero de 2017 por Leonardo Osses, quien era el jefe a cargo. A su equipo
sumó a Álex Smith y luego al cabo Héctor Olave. Ellos funcionaban en una
oficina en el segundo piso de la casa de Pablo Neruda, la sede oficial de la
UIOE.
CIPER conversó con integrantes de
la unidad de inteligencia sobre cómo operaba el sistema de pinchazos
telefónicos. Ellos señalaron que el encargado de las escuchas no era ni Osses
ni Smith, sino que un oficial de inteligencia que tenía a cargo a los cuatro
carabineros que estaban destinados a la casa de Hochstetter. Esa información se
enviaba a la sede de Pablo Neruda y allí era analizada y se decidían cursos de
acción. Los mismos funcionarios reconocieron que se hacían escuchas ilegales a
decenas de personas.
Los testimonios que recogió CIPER
entre los funcionarios de Inteligencia dan cuenta de que el equipo de la UIOE
utilizaba distintos medios y herramientas para poner bajo escucha -legal o
ilegal- a las personas que identificaban como blancos. Eso lo grafica bien el
periplo que hicieron juntos Osses y Smith a Iquique para poner a disposición de
la fiscalía la herramienta “Antorcha” e interceptar comunicaciones electrónicas
de los carabineros acusados de robar armas. Al final, la herramienta que se usó
fue el famoso y tradicional maletín con el que se puede poner bajo escucha a
una persona en un determinado radio donde se encuentra.
Además de las escuchas
telefónicas -legales e ilegales- que realizaba Carabineros en la casa de
Hochstetter, también tenía acceso a la información que entrega el software
“Vigía“, que es utilizado por todas las compañías telefónicas y que guarda,
hasta por un año, los datos de llamadas recibidas, realizadas, la duración de
estas y la antena que se utilizó para concretarlas. También conserva los
mensajes de texto de un número telefónico.
Si el sistema se ocupa
legalmente, un juez debe autorizar el acceso a esta información. Pero distintas
personas que han integrado o integran equipos de inteligencia relataron a CIPER
la
existencia de una vía
paralela. Como en casi todas las compañías telefónicas los encargados de la seguridad y de dar
acceso a las interceptaciones son oficiales de Carabineros en retiro, se posibilitan
los tratos privados entre efectivos
de inteligencia y ejecutivos de las compañías telefónicas para acceder a información absolutamente
privada de ciudadanos sin autorización
UNA CASA DE LOS TALADRIZ
La casa de Hochstetter 220 tiene
unos 200 m2 de superficie y está emplazada en un terreno de más de 450 m2.
Actualmente está en arriendo. Durante el verano, en medio del descalabro de la
Inteligencia de Carabineros, fue abandonada por los policías. Su avalúo fiscal
llega a $102 millones y su arriendo comercial supera el millón de pesos.
Carabineros la arrendó en enero de 2014 para instalar allí su nueva unidad de
Inteligencia. Su dueño es el empresario de Temuco, Raúl Benito Taladriz,
quienvivió allí con su familia hasta 2012, aunque en los registros de Impuestos
Internos la casa figura a nombre de la empresa Construcciones Longisur.
CIPERconstató en el Conservador de Bienes Raíces de Temuco que el inmueble fue
comprado por Benito Taladriz a Construcciones Longisur en 1987 por $700 mil. Y
desde Longisur respondieron que van a corregir la información errónea.
En numerosas ocasiones CIPER
intentó comunicarse con el empresario para saber entre otras cosas quién había
firmado el contrato de arriendo por Carabineros y el precio, fue imposible.
Taladriz no quiso hablar con CIPER.
Raúl Benito Taladriz es un
empresario conocido por los mapuche de la Región de La Araucanía. Su familia ha
encabezado la lucha contra las aspiraciones territoriales de las comunidades.
Su primo, Emilio Taladriz Montesinos, fue presidente de la Cámara Chilena de la
Construcción en Temuco hasta 2012 y vocero y presidente de la Multigremial
hasta abril de 2015, la organización que agrupa a los gremios empresariales de
la región, los que levantaron la campaña “Paz en La Araucanía” y que han
solicitado mayor presencia policial y que se declare estado de excepción en la
región para controlar los atentados incendiarios contra fundos y camiones forestales.
Emilio Taladriz y otros
dirigentes de la Multigremial defendieron en 2016 el retorno a Temuco del
oficial de Carabineros Patricio Marín Lazo, luego de que este efectivo de
Inteligencia fuera acusado de infiltrar a grupos mapuche. Al diario El Mercurio
declararon que faltaba mejorar la efectividad de la inteligencia policial. El
mismo Emilio Taladriz también ha reclamado por qué el Estado no financia el
alimento de los carabineros que resguardan los fundos bajo protección policial
(incluidos los de su familia) en prevención de ataques de comuneros mapuche.
Lo cierto es que los conflictos
de Emilio Taladriz con los dirigentes mapuche son de larga data y han ido
escalando en agresividad. En 2009 la machi Francisca Linconao le ganó a él y a
su familia un juicio, invocando el convenio 169 de la OIT, por un cerro que se
disputaban. Y con ese antecedente, Linconao apuntó directamente a los Taladriz
cuando fue imputada por el homicidio del matrimonio Luchsinger Mackay: “Pienso
que aquí existe persecución y que están detrás los Taladriz y todos los ricos
de acá. A ellos les dolió cuando gané en la Suprema ese juicio para proteger
los lawen (remedios naturales) del huincul (cerro). Yo después reclamé esa
tierra en la Conadi y nos dieron la aplicabilidad. Hoy están todos en contra de
mi persona”, aseguró a La Tercera.
La familia Taladriz ha sufrido
actos de violencia en propiedades inscritas a su nombre. El 19 de julio de 2012
desconocidos quemaron la casa patronal del Fundo Palermo, en Vilcún. En esa
ocasión Emilio Taladriz declaró a Radio Agricultura: “Se está llegando a estos
extremos peligrosos donde la gente está a punto de tomar las armas ante la nula
efectividad del sistema judicial”. Los antecedentes indican que la disputa por
las tierras del fundo Palermo sí que son antiguas. Porque un reportaje de El
Desconcierto reseñó la investigación “La reforma agraria y las tierras mapuche”
(Lom, 2005), que asegura que a la familia Taladriz la reforma le expropió 939
hectáreas del fundo Palermo en 1971 para entregársela a comuneros y a campesinos
de la zona.
LA FARSA DE “LAUTARO CAUPOLICAN”
Las intervenciones telefónicas
que tenían su centro de operaciones en la casa de Hochstetter 220 no era el
único espionaje que realizaba la UIOE. Se sumaba el trabajo que efectivos
policiales realizaban con fuentes vivas (informantes) y una desconocida labor a
cargo de Leonardo Osses y Álex Smith: la vigilancia e infiltración en cuentas
de redes sociales.
Facebook no es un lugar seguro.
Ya lo demostró el escándalo de Cambridge Analytica. La oficina de análisis
informático de la UIOE aprovechó la información que las personas comparten en
Facebook y fue más allá, enviando mensajes con phishing (sistema que busca
capturar las contraseñas de las redes personales de quien recibe el mensaje) a
blancos que estaban investigando.
Utilizando el correo electrónico
exatracciondatosinfo@gmail.com (una de las cuentas a las que supuestamente
llegaban los chats interceptados por “Antorcha”, el software falso de Álex
Smith) crearon la página de Facebook “Lautaro Caupolican” el 27 de marzo de
2017. Ese mismo día publicaron una foto de perfil de la cuenta: una bandera
chilena rajada y de fondo la bandera mapuche. En paralelo enviaron
frenéticamente solicitudes de amistad. La gran mayoría de sus 802 amigos son
comuneros y dirigentes mapuche.
Cuando lograban que las personas
aceptaran su solicitud de amistad, les enviaban enlaces con phishing para
intentar obtener sus contraseñas. En un inicio se presentaron con el nombre
ficticio de Luis Huenchullán. Luego se denominaron José Huenchullán. Entre las
personas a las que les enviaron sus enlaces tóxicos está el ex jesuita Luis
García Huidobro, quien ahora es un defensor acérrimo de la forma de vida
mapuche, y el comunicador Richard Curinao, editor del medio de comunicación
Werken.cl. A través de la cuenta de Facebook también le hablaron a Jorge
Huenchullán, uno de los imputados en la “Operación Huracán”, pero este jamás
les contestó el mensaje ni tampoco aceptó la solicitud de amistad que le
enviaron.
El mismo día en que el Facebook
fue creado, 27 de marzo de 2017, realizaron pruebas para saber si el phishing
funcionaba. Para ello enviaron enlaces contaminados al Facebook de Álex Smith.
Es misma operación se repitió varias veces hasta el 11 de junio. También hay
archivos enviados a la inversa: desde el Facebook de Smith hacia Lautaro
Caupolicán. Otras pruebas se realizaron utilizando la cuenta de Facebook de
Leonardo Osses (que se autodenomina “Oso Spartano”). En ese chat se refieren a
él como “Mario Parra”, que era uno de los seudónimos que utilizaba Osses y que
precisamente usó para comprar el hosting donde se alojó airs.cl., la máscara
con la que pretendieron validar “Antorcha”.
Los archivos contaminados con
phishing se enviaron hasta el 10 de febrero de este año. Días después, a
mediados de febrero, la cuenta de Facebook cambió bruscamente: comenzó a ser
utilizada como catalizador de la frustración de los acusados por el montaje.
Los descargos emocionales se hacían comentando noticias relacionadas con la
“Operación Huracán”, acusando a los fiscales de corruptos y de querer tapar
líos amorosos.
La última publicación que
registra el muro de esa cuenta de Facebook creada por los miembros de la UIOE,
data del 2 de octubre de 2017, cuando se compartió un video de la página “Hoy
Cañete” el que muestra las reacciones a la muerte de un joven mapuche luego de
una pelea en medio de una fiesta. De ahí en adelante en su muro solo aparecen
noticias compartidas por otras personas en las que etiqueta a “Lautaro
Caupolicán”. En su inmensa mayoría son publicaciones a favor de las
reivindicaciones del pueblo mapuche. Con esta página de Facebook la UIOE
lograba colarse como un interlocutor más de la red social que defiende los
derechos de los comuneros.
Twitter también se habría usado,
al igual que Facebook, para las operaciones de la UIOE. CIPER detectó archivos
de la unidad de Inteligencia de Carabineros que se han filtrado a esa
plataforma, pero no hay claridad sobre quiénes controlan las cuentas que
publican información. El 17 de marzo de este año una de esas cuentas publicó,
por ejemplo, supuestos chats obtenidos desde “Antorcha” (el software falso de
Álex Smith) entre el comunicador mapuche Richard Curinao y el ex ministro
comunista del gobierno de Bachelet, Marcos Barraza (Curinao señaló a CIPER que
esos chats nunca existieron). El 27 de febrero esa misma cuenta de Twitter
publicó más información reservada de Carabineros: imágenes del peritaje
realizado al celular del líder de la CAM, Héctor Llaitul.