FUENTE: educacion2020.cl |
“Las
mujeres estudian carreras humanistas y los hombres ciencias”. “Las niñas hacen
talleres de cocina y los niños de fútbol”. “El varón iza la bandera y la niña
la sostiene al costado”. Así es como se van arraigando en la sociedad los
estereotipos de género. Las movilizaciones de estudiantes secundarias y
universitarias han puesto el tema sobre la mesa y dicen ¡ya no más!
Históricamente
se han generado estereotipos de género que tienen un profundo impacto no sólo
en las personas, sino también en la sociedad. Pero esta situación,
afortunadamente, está cambiando. Hoy las movilizaciones de estudiantes
secundarias y universitarias demandan una educación no sexista, que permita a
todos y todas igualdad de oportunidades y de decisiones.
Pero,
¿qué es la educación no sexista? En pocas palabras, es una educación donde no
existe una división entre lo que se espera de hombres y mujeres de acuerdo a
los estereotipos de género que hoy existen en la sociedad, y donde se promueve
el respeto y la valoración de la diversidad.
Hoy, de
acuerdo a Loreto Jara, investigadora de Política Educativa de Educación 2020,
“a las niñas y mujeres se les define como aptas para carreras humanistas, de
salud y cuidado de otros, mientras que a los niños y hombres se les relaciona
con aptitudes y carreras de ingeniería o matemática”. Estos roles de género,
remarca la investigadora, son reforzados en la familia, jardín infantil,
escuela y universidad.
En ese
sentido, Jara señala que “en el aula los profesores explican y dan más voz a
los alumnos que a las alumnas, incluso, hacen preguntas más desafiantes y
profundas a los estudiantes, presuponiendo que las mujeres no son capaces de
responder”.
En la
matrícula de educación superior se reproduce esta diferencia. Las mujeres
tienen una mayor participación en carreras pedagógicas o sanitarias, con
menores sueldos, mientras que los hombres tienen mayor matrícula en carreras
como ingeniería o ciencias, con mayor remuneración y proyección social.
Todo
esto, señala Jara, “representa un problema de desarrollo social, cultural y
político. Al orientar a las mujeres al área humanista, se está perdiendo la
posibilidad de encontrar sus talentos en otras áreas, como la ciencia y la
tecnología. Lo mismo sucede con los hombres, ya que muchos podrían tener un
potencial humanista que no se explota adecuadamente”.
Acciones
El
movimiento estudiantil feminista, que mantiene tomas en distintos
establecimientos y universidades del país, ha visibilizado con fuerza la necesidad
de generar espacios educativos más democráticos y seguros, donde todos y todas
tengan las mismas libertades y posibilidades de desarrollo.
¿Cómo
avanzar? Los caminos y frentes son varios. En el corto plazo, es necesario que
en los espacios educativos se prohíba cualquier conducta descalificatoria,
discriminatoria y/o sexista hacia las mujeres. Y en caso de existir este tipo
de actitudes, deben haber protocolos específicos con las sanciones
correspondientes.
También
los y las profesionales de la educación tienen mucho que aportar. En este
sentido, es importante que promuevan y fortalezcan las habilidades por igual,
entendiendo que todos y todas tenemos las mismas capacidades, además de
intencionar la paridad y el lenguaje inclusivo.
Jara
concluye que “tenemos que promover la participación igualitaria de hombres y
mujeres en distintos campos del saber, como la ciencia, la literatura, las
artes, etc. Todo ámbito de construcción de la sociedad necesita, por igual, a
hombres y mujeres. Puede haber enfermeros y educadores de párvulo, como puede
haber ingenieras y científicas”.