Curanilahue no olvida a sus mártires. La historia del
carbón dejó muchas vidas en las galerías donde se extraía el negro mineral, la
mayor de las cuales ocurrió hace ya 28 años, en El Castaño 5, donde 21
trabajadores fallecieron en una de la peores tragedias mineras de Chile. En el
monumento erigido en su memoria, el alcalde Luis Gengnagel, concejales,
dirigentes sociales, familiares y descendientes de las víctimas, se reunieron
para recordarlos y rendir un justo homenaje a quienes entregaron su vida por llevar
el sustento a sus hogares.
Una ofrenda floral, una reseña histórica de los hechos, una
oración y en especial, el recuerdo de lo vivido en la tragedia, compartieron
los asistententes a la ceremonia de conmemoración de un nuevo aniversario de la
tragedia. El edil recordó que "nos tocó trabajar día y noche, esperando el
momento de poder rescatar los cuerpos. Fue muy penoso ese episodio de nuestra
historia, como cada vez que en una mina o un pirquen el carbón se cobra una
nueva víctima.Mis respetuosas condolencias y respeto a las familias que
sufrieron esta irreparable pérdida, no hay valor más grande que la vida humana
y en esta ocasión el destino no tuvo piedad con 21 trabajadores que salieron de
sus casas a trabajar y solo regresaron, sin vida, para una amarga
despedida".
Según relatan las crónicas de la época el accidente se debió
a la inundación de las galerías luego de la detonación de una carga de
dinamita, dado que existía una mina abandonada en la cercanía y el ingreso de
las aguas fue tan rápido que impidió la fuga de los trabajadores que estaban al
interior del yacimiento.
El 29 de julio de 1989 quedó grabado en la memoria de
Curanilahue como el día mas triste de su historia, donde 21 de sus hijos
dejaron su vida y enlutaron a toda la ciudad. Las labores de rescate se
prolongaron durante largos y extenuantes días. Decenas de Bomberos, Carabineros
y un grupo especial de buzos tácticos de la Armada de Chile trabajaron
arduamente, día y noche, con la esperanza de encontrar a alguno con vida;
no obstante, ninguno de los trabajadores sobrevivió. Un campamento improvisado
se armó en un sitio aledaño a las faenas, en el mismo sector que el municipio
desde el año pasado instaló una cruz y bancas para recordar, en el sitio real
del histórico accidente, a las 21 víctimas fatales.
Familiares de los fallecidos agradecieron el gesto del
gobierno local de recordar a los mineros, esperando que se extremen los
controles y fiscalizaciones de las entidades pertinentes para que la
seguridad de los trabajadores en faenas mineras sea prioritaria y se evite más
pérdidas de vidas humanas.